La síntesis del hombre ideal para una chica promedio que de adolescente salio por el barrio de Boedo podría llamarse FABIAN CASAS.
Si es que realmente no se llama así.
A Fabian Casas lo conocí cuando un amigo se lo cruzo en la cancha de San Lorenzo y le dijo: mira yo escribo poesía, acá te dejo un libro.
Un rato después llega el ejemplar a mis manos:
Un rato después llega el ejemplar a mis manos:
- ¿Quién es este?
- No sé un loco con el que hable en la cancha y me dijo que escribía poesía. Y me regalo el libro.
Después de eso, la literatura, no volvió a ser la misma.
Quizá por lo fresco del recuerdo, se muy bien que el primer libro que tuve de él en mis manos fue una edición de ELOÍSA LA CARTONERA. Y quedé asombrada. Fabian me había conquistado, pero era un secreto. En sólo un par de horas había devorado un ejemplar. Y ciertamente quería más.
Quizá por lo fresco del recuerdo, se muy bien que el primer libro que tuve de él en mis manos fue una edición de ELOÍSA LA CARTONERA. Y quedé asombrada. Fabian me había conquistado, pero era un secreto. En sólo un par de horas había devorado un ejemplar. Y ciertamente quería más.
Para seguir con esta historia, debo contarles que la cátedra paralela de Literatura Argentina II de la carrera de Letras de la facultad de Filosofía y Letras dependiente de la UBA, había presentado un programa donde lo incluía, como la nueva vanguardia. Pero parece ser que a algunos profesionales de la literatura Boedo les sigue sin parecer vanguardia, sólo Florida. Que va...
Y llego el dia. Un día de Marzo.
-Hola, ¿tenes "Los Lemmings"?
-¿El de Fabian Casas?
-Sí.
-¿Te lo pidieron para el cole?
-Sí.
-Qué grande tu maestra.
-¿Pero lo tenés?
-No.
La historia siguió. Hasta que de golpe, caminando por la avenida Boedo, veo a un morocho con anteojos Ray Ban, jean clarito y TOPPERS!!! Me quedo consternada y pienso yo te conozco, yo te conozco.
Si chicas, si chicos.
Era Fabian Casas.
El de la cancha.
El que llego desde el barrio, a las grandes ligas.