25 de noviembre de 2010

Para vos, cuervo.

La síntesis del hombre ideal para una chica promedio que de adolescente salio por el barrio de Boedo podría llamarse FABIAN CASAS. 
Si es que realmente no se llama así.

A Fabian Casas lo conocí cuando un amigo se lo cruzo en la cancha de San Lorenzo y le dijo: mira yo escribo poesía, acá te dejo un libro.
Un rato después llega el ejemplar a mis manos:
- ¿Quién es este?
- No sé un loco con el que hable en la cancha y me dijo que escribía poesía. Y me regalo el libro. 
Después de eso, la literatura, no volvió a ser la misma.
Quizá por lo fresco del recuerdo, se muy bien que el primer libro que tuve de él en mis manos fue una edición de ELOÍSA LA CARTONERA. Y quedé asombrada. Fabian me había conquistado, pero era un secreto. En sólo un par de horas había devorado un ejemplar. Y ciertamente quería más.
Para seguir con esta historia, debo contarles que la cátedra paralela de Literatura Argentina II de la carrera de Letras de la facultad de Filosofía y Letras dependiente de la UBA, había presentado un programa donde lo incluía, como la nueva vanguardia. Pero parece ser que a algunos profesionales de la literatura Boedo les sigue sin parecer vanguardia, sólo Florida. Que va...
Y llego el dia. Un día de Marzo. 
-Hola, ¿tenes "Los Lemmings"?
-¿El de Fabian Casas?
-Sí.
-¿Te lo pidieron para el cole?
-Sí.
-Qué grande tu maestra.
-¿Pero lo tenés?
-No.
La historia siguió. Hasta que de golpe, caminando por la avenida Boedo, veo a un morocho con anteojos Ray Ban, jean clarito y TOPPERS!!! Me quedo consternada y pienso yo te conozco, yo te conozco. 
Si chicas, si chicos. 
Era Fabian Casas. 
El de la cancha. 
El que llego desde el barrio, a las grandes ligas.